domingo, 29 de julio de 2012

HAMBRE DE TI

29 de Julio de 2012
XVII Domingo del Tiempo Ordinario

Recodábamos durante toda esta semana que pasó, que lo que realmente el ser humano necesita es saciar el hambre que su corazón experimenta de Dios y lo que Dios quiere es realmente que nos alimentemos de Él, porque solo en Él encontramos todo lo que nuestro corazón necesita para ser felices.

Cuando hablamos de la experiencia de sentir hambre, podemos verlo desde dos perspectivas, una corporal y una espiritual y la que ahora atrae nuestra atención es la que se refiere a nuestra desnutrición espiritual.

Con la experiencia de hambre de las realidades espirituales, Dios nos quiere ayudar a ser conscientes que necesitamos de Él y que debemos aprender a depender de Él, del modo como nuestro cuerpo físico depende del alimento físico para poder obrar.

Todos aquí sabemos lo que es el hambre

¿tu la has experimentado?

Es una experiencia que nos inquieta y nos ordena instintivamente a saciar esa necesidad de alimento, porque, si no comemos nos debilitamos y por eso el cuerpo acciona sus alarmas y manda a comer para no morir.

Del mismo modo que esa estructura fisiológica nos mantiene al tanto de nuestra necesidad de alimento, tenemos que avivar y ser conscientes de una estructura espiritual que da avisos que nos alertan sobre la desnutrición de nuestra parte espiritual, sin la que, sin duda alguna lo corporal solo es polvo y ceniza.

Hay a quien se le pasa la mano en aquello de alimentar el cuerpo, porque se confunde la necesidad de saciar el hambre que obliga a abastecer al cuerpo de nutrientes que éste transformará en energía, con la necesidad de saciar la ansiedad que se acumula dentro porque estamos vacíos y carentes de otro tipo de realidad que no va específicamente con lo corporal. En nuestra experiencia de Vida, Dios nos pide que tengamos moderación para no caer en la viciosa actividad de satisfacer todo el tiempo a nuestro dios vientre. Porque, claro, hay quienes por la comida hacemos portentos, ya verán: se dice: ¡Oh, un cochinillo de segovia! Y hasta segovia y mas halla vamos a por el cochinillo.

Vamos a partir de la experiencia del hambre física para entender la del espíritu:

En la primera lectura, que es tomada del Segundo libro de los Reyes, en tiempos del Profeta Eliseo, al Norte del territorio, algunos pueblos pasaban hambruna extrema... y claro, el Profeta Eliseo era discípulo del Profeta Elias, cosa que le acarreaba cargar con el renombre de Elias, que en vista de todos hizo que lloviera fuego sobre la tierra, atrajo las lluvias en tiempos secos y acompañó al pueblo con muchos portentos que Dios realizaba tras su suplica piadosa y potente. Con todo, Eliseo presentaba la presencia del Espíritu de Dios entre el pueblo. Así que, el pueblo le ofrecía a Dios por medio de Eliseo las primicias de sus cosechas para que Dios los colmara de bendición. Ellos ya sabían por tradición que Dios a los agradecidos los recompensa mucho mas.

En nuestro tiempo: ¿donde realizamos esta acción de gracias y donde se nos da la bendición?
Pues en la Eucaristía. En ella ofrecemos a Dios representados en Pan y Vino, todo lo que somos y hacemos, todo lo que deseamos, lo que sufrimos y lo que logramos, todo cuanto tenemos y Dios a cambio nos da la Vida eterna en Cristo. Nos entrega lo propio de sí, que es su Santidad.

En aquel tiempo, los que comían de los panes que el pueblo llevaba al templo para la ofrenda solo podían ser los sacerdotes, no obstante, Eliseo, viendo la situación de hambre que pasaban todos, comparte ese pan con todo el pueblo y entonces ocurre la multiplicación, que no es otra cosa que un signo que nos tiene que llevar a entender que cuando participamos de la Eucaristía, al ser llenados de Dios mismo, nos saciamos verdaderamente de lo que necesitamos y entonces nos sobra y sobreabundan bienes para poder compartir... Dios siempre se da y nunca se agota

Eran solo 20 panes en aquellos momentos y sin embargo, recogieron mucho mas en cestos, porque sobró y todos quedaron saciados.

Cosa contraria es cuando actuamos con codicia y avaricia, cuando el regulador de nuestras acciones es el egoísmo, porque aunque podamos construir un castillo de diamantes, estaremos faltos de Dios en nuestro corazón y viviríamos una vida terriblemente triste en medio de esos diamantes. Es más. Perderían al valor que tienen y pasarían a ser un vacío que no sacia lo que necesitamos en realidad.
Los que nos dejamos mover por estos sentimientos, entre mas ambición, mas vacío y mas esclavitud... ¿y de que le sirve tanta riqueza? De motivo de guerra para quienes quedan después de su muerte, porque, al haberse dedicado a la avarcia, sus hijos cosecharán avaricia y esta como fruto les dará muchos problemas, mucha discordia y mucha desunión.

Por nuestra Parte, mientras le ofrescamos a Dios generosamente de lo que recibimos de El, sabemos y tenemos asegurada la abundancia en nuestra vida, porque el primero en Generosidad es Él y como no le gusta que nadie le gane en  ello, en cuanto mas das, Él más te da de modo que no hay nadie que se ponga por sobre El y sí, en cambio, muchos se ven abundantemente bendecidos tras sus acciones generosas.

Veamos lo que ocurre entonces en el Evangelio.

La Iglesia nos propone hoy meditar sobre lo que contiene el capitulo sexto del Evangelio de San Juan. Este es un capitulo muy, pero muy importante para los que creemos y le creemos a Dios porque se trata del Discurso del Pan de Vida. En él, Jesús es explicito en expresar qué es lo que realmente puede saciar nuestro corazón, para que no andemos por ahí divagando en “comidas chatarra” y vayamos a Él, que se ofrece cotidianamente en la Santa Misa.

Pasó que cuando Jesús realizaba tantos portentos y tantas curaciones, las personas iban haciéndose consientes de la necesidad que había en sus corazones de aquellas palabras, de aquellos gestos, de aquellas acciones que veían en Jesús y entonces le seguían a donde el fuera. Así que, pretendiendo apartarse con sus discípulos, las personas que venían de escuchar lo que conocemos como el “sermon de la montaña”, acudieron al otro lado del lago porque querían mas de Jesús. Y El lo sabía, tanto que incluso reconocía que muchos de ellos lo buscaban antes que por el espíritu, para que les saciara el hambre de su cuerpo.

En todo caso, lo que rebozaba de la persona de Jesús y sigue siendo ahora como entonces, es su misericordia, su ternura, esa amabilidad y comprención con que se unía a todos para entenderlos, sanarlos, perdonarlos y consolarlos y por que no, algunas veces corregirlos de los extravíos. Así que el Señor se queda con ello, quiso ver la necesidad que las personas tenían de sus palabras, de sus enseñanzas, porque sus palabras daban tranquilidad, paz y descanso, porque entre ellos, eran muchos los que habían sido consolados, animados y sanados de todo sufrimiento.

¿cómo podemos nosotros identificar si tenemos hambre de Dios?
Lo veremos cuando meditemos sobre la segunda lectura.

Hay que ser honesto y reconocer que somos muy prestos y ávidos para saciar el hambre de nuestro estomago pero si revisamos el espíritu, tenemos que reconocer que estamos famélicos.

Muchos de nosotros padecemos de desnutrición espiritual

Algo muy interesante por detallar:
¿que es lo que le ofrecemos a Dios?. Normalmente le ofrecemos de lo poco que tenemos, de lo que nos sobra (tal vez) y quien es verdaderamente generoso, une la ofrenda de todo su ser a la de la Iglesia y entre todos, todo lo que le ofrecemos a Dios es tan poco que no podemos compararlo con lo que Dios nos ofrece. Nosotros le damos de lo que Recibimos de Él mientas que por su parte, mas que los bienes que nos da recibimos su misma vida en Jesucristo.

Por esta razón, no es valido considerarse obligado a venir a la Santa Misa, aun cuando la decisión de venir haya sido tomada luego de una cierta presión por parte de alguien que en verdad nos ama. No hay obligación porque nos manda el amor y la gratitud, nos impera la necesidad de ser alimentados realmente en el espíritu, así que, en  vez de enfadarnos porque nos motivan tácitamente, tendríamos que estar agradecidos. La Santa Misa es entonces un encuentro con Dios en el que le damos a Dios lo que somos, y tantas veces, todo es apenas pecados y defectos y recibimos de Dios lo que EL es, que se refleja en nuestras vidas y que lo veremos cuando hablemos de lo que habló San Pablo a los Corintios.

El Evangelio dice que sobraron 12 cestos, y el numero doce es significado bíblico de totalidad, de abundancia. Quiere decir que recibimos todo de Dios y en cuando mas recibimos, mas Dios nos queda para seguir llenandonos de Él. Es una señal de lo que permanece en los sagrarios de la Tierra: Jesús siempre está ahí, para que vengas y lo comas, para que sacies esa necesidad que tienes de una vida verdadera.

Si estas desnutrido espiritualmente eres vulnerable y una enfermedad o virus te puede matar en seguida.

Si no tienes a Dios en tu vida eres como un huevo Kynder en una guardería.

La carta a los Corintios es una invitación de San Pablo a que recibamos a Dios en nuestras vidas y nos saciemos de ÉL.

Nos señala las características de que aquel se alimenta de Dios:
Humildad
Amabilidad
Comprensión
Paciencia
Unidad

... claro, aquí es donde nos vemos alarmantemente desnutridos. Solo es que un coche se nos adelante en el ingreso a la vía, o que se retarde en salir al cambio del semáforo y nosotros, tan nutridos espiritualmente le decimos un “Dios le bendiga” (las personas se ríen tras la ironía del Padre)

Necesitamos Humildad

Hay un himno latino que traducido dice: En la cruz Jesús esconde su divinidad, pero en la Eucaristía, además esconde su Humanidad. Se hace pan y está para que tu lo comas, para darte vida.

Sed Amables.
 Hemos perdido los valores. Nuestro comportamiento es agresivo. Hemos dejado que reine la cultura del individualismo, del egoísmo, de la muerte y por eso nuestros corazones están débiles.

Nos falta el ceñidor de la Unidad, que es el Espíritu Santo y para eso tenemos la Eucaristía. En ella lo recibimos para tenerlo y darlo.

Tu también estas llamado a ser Eucaristía

No tiene sentido venir a misa y salir a vivir para sí mismos. La Eucaristía debe accionar en nosotros el ser como Jesús es. Siempre un don para los demás.

Consideremos en gran medida la preparación del corazón y la disposición para recibir al Señor, porque en esa medida nuestra vida se transformará en una verdadera fuente de alegría para los demás.

Hagamoslo primero en nuestra familia o entorno cotidiano y luego, entonces, en los demás.

Animo!!!

domingo, 22 de julio de 2012

UN PASTOR CON UN AMOR EXTREMO


El Papa Juan Pablo II afirmaba con contundencia que la mayor crisis del ser humano es no saber que es Amado por Dios. No experimentar el amor de Dios hace que la persona se arroje a muchos riesgos en su existencia.
… entonces Dios utiliza en la historia de un pueblo definido y conocido por todos, muchas figuras para que entendamos su amor. Esta vez, la figura es la del amor que tiene un Pastor por su rebaño de ovejas.
La característica mas especifica de las ovejas es que en todo, ellas dependen de su pastor. Para encontrar los pastos mas frescos, para buscar los caminos de ida y vuelta, para ser apacentadas dentro del redil, para ser curadas, incluso para ser rescatadas de los líos en que se meten, porque como podrán saberlo, las ovejas además de todo, son un poco tontas. Quiero decir, que muchas veces, torpemente van por ahí sin fijarse en los peligros a los que se exponen.
Así, las ovejas saben reconocer la presencia de su pastor y entonces, cuando él cuida de ellas, ellas van y vienen orondas dedicándose a comer y pasear tranquilamente, porque reconocen la voz de su pastor y confían en su cuidado. Dependen enteramente de él.
… pero claro. Suele ocurrir que de vez en cuando una oveja que presume de autosuficiencia, se cree que sola puede llegar a mas oveja y se pierde en busca de nuevos pastos, que por lo general son engañosos senderos que conducen a que esté sola y por tanto a ser vulnerable a todo peligro. En este caso, el mayor es exponerse a la voracidad de los lobos.
Hoy concentraremos la homilía en la figura del Pastor, sin olvidar el carácter dócil y dependiente idóneo de las buenas ovejas.
Esta vez, el Profeta Jeremías denuncia que los Pastores del Puelo de Israel se están apacentando a sí mismos, olvidándose de servir realmente a las necesidades del pueblo según como es el deseo de Dios. Enviado por Dios, el profeta tiene la delicada y trabajosa tarea de hacerles ver a los sacerdotes del pueblo que por su mala conducta han dispersado al pueblo y ahora todas las personas de tan Amado pueblo, acuden a otros dioses idolátricos y a otros modos de vida indignos de tanto amor manifestado para buscar en todo eso algo que les consuele el corazón, porque no lo han hallado en sus pastores.
herirán al pastor y se dispersarán las ovejas Tenedlo presente.
Habían llegado en Israel a tal situación dramática que los pastores se habían extraviado de su misión dejándose atraer por las seducciones de este mundo temporal y pomposo, específicamente por la atracción que ejerce sobre la debilidad humana el ansia desordenada de tener, querer y poder y ante tal urgencia, Dios ve necesario darles aviso de su conducta a través del profeta, para que animados por el, encuentren nuevamente la luz que los reconduzca al camino que Dios les asegura es el que los lleva a la realización plena como pueblo y como nación.

Dios hace una profecía preciosa:

YO SERÉ EL PASTOR DE MI PUEBLO.  Porque Yo, que soy su Dios y creador, si tengo verdadero amor por mis ovejas y me compadezco de ellas cuando las veo errantes, angustiadas y abandonadas, buscando y pasando tantas calamidades porque no vienen a mi y en cambio van a otras cosas que son realmente pasajeras engañándose a si mismas creyendo que ellas son lo que soy Yo.

Es más. Aquí vemos algo muy interesante: Suscitaré un vástago de David. Dios mismo movido por tan profunda compasión suscitará un Mesías que venga a traer justicia y derecho a las naciones. La manera de hacer justicia de Dios consiste en darle al ser humano lo que le es debido. Lo que necesita realmente el ser humano para realizarse en su existencia es el Amor de Dios y es eso lo que Dios promete darle al ser humano en l apersona del Mesías. Entonces Dios manifestó su amor en un Vástago de la tribu de David, es decir, en Jesucristo le muestra al ser humano la imagen verdeara de su realización.
El verdadero pastor vela solícitamente por sus ovejas.
Jesús, en el evangelio nos habla de dos tipos de pastores, uno que en verdad ama a sus ovejas y no tiene limites en su entrega por ellas y otro que asume la misión como un asalariado, es decir que en el fondo vela mas por la paga que por las mismas ovejas.
Pero aclara que ya, tú y yo, todas las personas que existimos tenemos la alegría de tenerlo a Él como nuestro pastor y dice: Yo soy el buen Pastor, doy mi vida por mis ovejas, ellas conocen mi voz y me siguen porque yo las amo.
…. Entones notamos cuando un pastor no ama a sus ovejas, porque salta a la vista la indiferencia en su entrega. Y aclaro, aunque nos atañe en primera medida a los sacerdotes, la misión de pastorear y apacentar al Pueblo de Dios también la compartimos con todos aquellos que recibimos de Dios la responsabilidad en la formación y el cuidado de  las personas. (Padres de familia, laicos comprometidos, profesores, dirigentes políticos, psicólogos, etc.)
Puede ser que alguno esté pensando en aquellas experiencias desdicientes de algunos de los pastores de la Iglesia. Yo de todo corazón os ruego que no juzguéis, sino que antes, acrecentéis el amor por ellos, sabiendo que son también hombres débiles y que como pastores, están al pie del cañón, en la línea de fuego, recibiendo la arremetida del maligno que pretende herir al pastor para dispersar las ovejas y entonces ir a por ellas para devorarlas con la mentira y con el pecado. Dios mismo dice: Yo los elegí, están en mi mano, yo los conozco y yo los corrijo. Entonces, nos queda acompañarlos con la fuerza de nuestro testimonio de entrega y servicio y sobre todo con nuestra oración.
Así que pido de corazón perdón por todos los anti-testimonios que nosotros los pastores de la Iglesia hayamos dado cuando hemos sucumbido a nuestra debilidad y a las tentaciones del enemigo de las almas. Os ruego que oréis para que Dios nos haga crecer en santidad.
¿Qué si Dios nos ama?... la prueba está en que entregó a su Hijo por nosotros, para que muerto en cruz, no nos quedara dudas de lo extremo de su amor.
Jesucristo desde la Cruz nos reúne a todos (lo leímos en la segunda lectura, tomada de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios). Jesucristo derriba el muro de odio que nos divide y nos convoca a una experiencia de vida basada en la misericordia, el perdón y el don de si para el servicio de los demás.
Por eso el salmo de hoy es tan hermoso: http://www.youtube.com/watch?v=ET8gL5GjSLo
Jesús, para darle continuidad a la misión de pastorear a su pueblo ha constituido una Iglesia basada en doce hombres débiles y pobres, llenos de humildad y de necesidad, sobre todo de Dios y les encomendó la tarea de apacentar a su pueblo.
Y nos enseñó a pastorear a su manera, que no es otra que la manera del Amor.
¿Cómo hacerlo?
Teniendo en nuestro corazón los mismos sentimientos de Cristo.
Entonces: hay que conocerlo, es necesario sacar tiempo para dedicarlo a la intimidad con Dios, de modo que nos podamos llenar de su amor y así podamos dar ese amor a los que nos han sido confiados. Esto se hace en la oración, en el trato íntimo y entrañable con Dios.
Hoy, los Evangelios nos cuentan que los Apóstoles habían terminado una ardua labor cuidando de las personas, trayéndolas a Jesús para que El con su Amor las curara y que estaban cansados, por lo que Jesús los invitó a apartarse para hablarles con intimidad y darles el descanso que necesitan de modo que puedan continuar su labor, pero la situación de necesidad era tan evidente que el pueblo, rodeo el lago y se adelantó a llegar al sitio donde ellos esperaban estar solos., así que Jesús movido en compasión por ese pueblo que clamaba alivio en su sufrimiento, encomienda a sus discípulos que junto con el, den paz y descanso a ese pueblo hambriento y necesitado de consuelo.

Os voy a revelar un secreto. ¿Sabéis por que muchos sacerdotes o padres de familia no cumplimos nuestra misión?
Porque no nos relacionamos íntimamente con  Dios, nos dejamos atrapar por las ideas del mundo y por el hacer y hacer actividades. Si no tienes intimidad con Dios, no recibes de su amor y por tanto no tienes nada mas que fragilidad humana para dar; en cambio, si te llenas de su amor, tendrás amor en abundancia para dar y notarás el provecho que causa ese amor en aquellos con quienes lo compartes.
Saquemos entonces tiempo para pedirle a Dios que nos enseñe a cumplir con nuestra tarea. Fundamentalmente aprender a darnos a nosotros mismos por el bien de los demás.

Tenemos que escuchar testimonio tristísimos de muchas personas que vienen sollozando porque su marido o su esposa no les determinan, al contrario, manifiestan expresiones de serles gravosos e indeseados o indeseadas. Atentos: aquí falta Amor de Dios.

Cristo nos hace hoy la invitación a sacar de nosotros lo mejor que poseemos para ponerlo en servicio de los demás, especialmente de los que están a nuestro lado. Y cuando hagamos lo que tenemos que hacer, recordemos que somos siervos inútiles, que apenas hemos hecho lo que nos corresponde.
Cuando un Pastor, un Padre de familia o un formador se dan a sí mismo con todo el amor que posee por el bien de quienes tiene a su cargo, es seguro que ellos reciben ese amor y dan buenos frutos.
Hoy termina el campamento de Jovencitas y os riego oraciones por ellas, para que Dios saque de toda esa experiencia vivida buenos frutos, pues, como todos los jóvenes de hoy en día, ellas también experimentan necesidad de un verdadero amor, así que a los padres le hago la invitación a que venzan poco a poco la timidez y la indiferencia y llenen la cotidianidad de la relación con sus hijos de muestras de amor y de afecto. Uno no es menos hombre por manifestar sus sentimientos, por lo contrario, mayor ganancia consigue en su madurez y en su ejercicio de la libertad.
Hay que hablar con Jesús, dejarle a Él que restaure nuestro corazón y lo colme de todo aquello que nuestros familiares realmente necesitan.
El Amor puede cambriar el destino de toda una nación, y la suma de nuestra puesta en ello va aumentando cada vez un buen destino para todos nosotros.
Apoyémonos en la Santísima Virgen, La Divina Pastora y aprendamos de ella a seguir el camino de Nuestro Pastor, sobre todo a escucharle, creerle y tener plena confianza, qué por donde Él nos conduce es por donde encontramos la verdadera paz que nuestra alma necesita.











domingo, 15 de julio de 2012

SOY LLAMADO, EL AMOR ME LLAMA

La característica fundamental de nuestra llamada al Amor es que es una iniciativa de Dios mismo. Así que, no depende de nosotros, sino que Dios, consciente de nuestra fragilidad, junto con el llamado nos irá dando todo cuanto nos hace falta para que le podamos responder y para que esa respuesta satisfaga su deseo.

El Amor consiste en que Dios nos amó primero. Él, como lo he dicho antes, tiene la iniciativa. El cristianismo no es una religión de conquista sino que se constituye en una respuesta de Amor a Dios. ¿Dónde está el problema?
En que no nos dejamos amar por Él.

Hablemos de la llamada, según las lecturas que la Iglesia nos prepara para hoy:

En la llamada del Profeta Amós, aparece primero un sacerdote llamado Amasias, éste sacerdote estaba encargado de los asuntos del templo de Israel en un momento en que el pueblo gozaba de mucha prosperidad material porque habían pactado relaciones económicas con las demás naciones del rededor. El Rey de aquella apoca era Jeroboan y dadas las circunstancias de riqueza, todos, incluido el sacerdote, se habían entregado a vivir una vida llena de placeres, ostentación, posesión de bienes y actividades que promovían y abalaban toda clase de vicios y pecados.
Desafortunadamente el bienestar, cuando no está ordenado por una vida recta y justa, hace que decaiga la vida interior y como consecuencia, se empiezan a generar vacios en nuestro corazón, que vienen a ser satisfechos con actitudes ligadas al consumismo y a la búsqueda de placeres inmediatos. Entonces nos convertimos en presa fácil para todo lo que el mundo nos ofrece.
Cuando tenemos un cierto poder adquisitivo, se nos despierta una especie de soberbia y de seguridad que nos ahueca el corazón y nos conduce a consumir de modo que los vicios se aprovechan de esa situación para arremeter con toda clase de proposiciones. Con todo, nos alejamos de Dios y sometemos nuestra existencia a un sin vivir de dependencias efímeras que esclavizan nuestro corazón.
Eso mismo le ocurrió al Pueblo de Israel. Pues todos, incluido el Sacerdote del Templo se habían apartado de Dios para buscar en el mundo lo que solo encontraban en el Señor. Asi, todos estaba gozando de un aparente bienestar, es decir, comían, se complacían, comparaban, tenían y disfrutaban aunque sus vidas, las relaciones entre las personas y los valores estuvieran por el suelo; Nadie denunciaba nada, nadie advertía nada. Entonces Dios suscita a un profeta a quien ilumina para que vaya y advierta al pueblo sobre las consecuencias que acarrea llevar la vida que están llevando.

Esta vez el turno le toca al Profeta Amós. Fíjense bien que no llama a un Hombre reconocido dentro del pueblo, ni al que más títulos o más prestigio económico tenía en esa época; sino que, por lo contrario, elige a un hombre sencillo, lleno de humildad y campesino y lo envía a que denuncie los errores y los pecados de todo un pueblo.

(El Padre nuevamente llama al Hermano José Manuel a que se ponga a su lado para hacer las veces de profeta)

Supongamos _dice el Padre_ que todos nos hemos puesto de acuerdo para hacer el mal, de modo que hemos incitado incluso a los que pudieran denunciarnos a que entren con nosotros por le mismo aro para que así no quede nadie que pueda abrir la boca en contra nuestra. Así nos cubrimos la espalda.
Y nos dice José Manuel: _ ¿No veis que lo que estáis haciendo os está destruyendo y está haciendo de vuestra sociedad un pueblo de holgazanes, bandidos y delincuentes?_ y le decimos nosotros: _¡Anda ya! ¿No ves que lo estamos pasando muy bien? tenemos “libertad” para fumar nuestro porrito, para esnifar lo que nos gusta, para ir de puticlub, para emborracharnos, despilfarrar nuestro dinero, para tener sexo con quien se nos da la gana o nos apetezca. ¡Quita, quita, que tú no sabes lo que es vivir!

¿Y cuál es la actitud de Amós?
¿Vosotros pensáis que vengo porque a mí se me ocurre de buenas a primeras meterme en tanto problema al deciros la verdad?. Yo soy un hombre humilde, uno muy sencillo, me dedico a cultivar higos. Éste mensaje que os traigo viene de Dios, que es quien me ha elegido y me ha mandado a que os avise que os estáis equivocando. Yo, solo obedezco a su voluntad. Y la respuesta de todos es odiarlo, porque lo que dice, pone en evidencia nuestra maldad.

¿Dan premios a los buenos?: No. Aquí, se exalta mas al atrevido que mas pecados cometa y tanto mas públicos sean, pues, mejor. La misión del profeta, del cristiano en medio de este mundo es difícil. Antes que ser premiado, le sobrevienen dificultades por su acción.
El premio del Profeta Amós es hacer la voluntad de Dios.

Dios quiere que entendamos cuál es nuestra verdadera vocación.
La Carta a los Efesios es un Himno muy importante, profundo e iluminador. Es una Exaltación a Jesucristo y en ella, se revela el sentido de la existencia de las personas.

Dice que todos hemos sido elegidos y además nos dice que esa elección está orientada a la santidad, a que demos Gloria a Dios con nuestra vida siendo irreprochables en el Amor. El Amor de Dios, el Amor verdadero es el que puede darle sentido a nuestra vida.
¿Y quienes estamos llamados a la Santidad, a manifestar el Amor de Dios? ¿Seremos solo los religiosos y los curas?
No. Estamos llamados todos, porque todos necesitamos del Amor para realizarnos como personas en la felicidad que desea nuestro corazón.
La Santidad es la participación de la Vida de Dios y ¿Cuál es su vida, que contenido tiene la Vida de Dios?

DIOS ES AMOR.
¿Qué tenemos que hacer?

Dejarnos amar por Dios para saber cómo amarnos a nosotros mismos y a los demás.
La medida del Amor de Dios es rebosante en Jesucristo. ¿Cuánto nos ama? : Hasta el extremo. Hasta dar su vida por nosotros aun sin que fuera de un modo prestigioso, la dio muriendo de la manera más cruenta y miserable, sin reservarse nada para sí mismo.
La medida del Amor de Dios es Jesucristo Crucificado y desde Jesucristo, se nos da la vida verdadera, lo cual quiere decir que Dios se vale de una pedagogía mediante la que nos la ofrece. Ese camino pedagógico para tener la Vida de Dios en nuestra pobre vida son los sacramentos. Su Palabra.
¿y que características tiene el Amor verdadero?

“El amores paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no acaba nunca”. (I Corintios 13,1-13)
Todo esto contrario a lo que sale de nuestro egoísmo, al o que viene de nuestro desamor:

"Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordias, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes” (Gálatas 5, 19-21).
Cuando vemos esto en nuestra vida, es que nos hace falta llenarnos del Amor de Dios.

Yo los invito a un Reto: Intenten acercarse a Dios, escúchenle y sean testigos ustedes mismos de cuanto cambian sus vidas.
Si no nos encontramos con Dios, nuestro corazón se frustra y vivimos amargados y cuando experimentamos ese vacío, entonces tratamos de llenarlo de vicios y ante las pruebas, ¿Cuál es nuestra reacción?
Cuando estamos apartados de Dios reaccionamos con irascibilidad, con susceptibilidad, nos deprimimos, vemos todo gris porque no tenemos un corazón fuerte.

Hay que pedirle al Señor que nos ayude a responderle. El Ser humano solo se comprende y comprende la existencia cuando se le revela el Amor.  (Juan Pablo II)
Cuando el Amor está presente en una persona, toda ella es glorificación de Dios.

El Amor lo llena todo.
En el Evangelio vemos que el Señor escoge a doce y los envía de dios en dos. ¿Por qué de dos en dos? Para que, cuando uno decaiga o se desanime, el otro lo levante y lo apoye. Esto es una experiencia de comunión que busca animarnos en medio de la prueba.
¿Condiciones que pone el Señor a quien le sigue? Que no se aferre a nada, que mantenga su corazón libre de ataduras y dependencias, que no tenga seguridades y que solo se sostenga en Dios.
Nosotros mismos, atándonos a cosas nos hacemos esclavos de ellas y uando nos faltan esas cosas, se nos acaba la alegría, perdemos la paz y la razón de nuestra existencia va al suelo.

Pido oración por las personas de vida consagrada y los sacerdotes, para que Dios nos de la gracia de asegurarnos en Él antes que en las cosas materiales o las posiciones sociales.
La Virgen Santísima es la Perfecta Discípula porque en el seguimiento a  Cristo solo se aseguró y creyó en Dios. Puso toda su confianza en el Señor.

Animo. No hay que tener miedo. Hay que reconocer el Amor de Dios en nuestra vida, así, encontramos sentido a nuestra existencia, aceptamos las correcciones que Dios nos permite en nuestra historia y continuamos camino de vuelta a la Casa del Padre Celestial.

martes, 10 de julio de 2012

EN TU DEBILIDAD SE MANIFIESTA MI FUERZA

Domingo 8 de Julio de 2012
XIV Domingo del Tiempo Ordinario

LA MISIÓN PROFÉTICA
El oficio de Cristo se centra en lo que Él realizó en éste mundo al revelar al ser humano su Reino y lo que implica vivir en ese Reino.

[La Eucaristía fue celebrada al mismo tiempo que en Galilea (la casa de las hermanas)Allí se estaba realizando el campamento de verano de niños, por lo que el Padre inicia diciendo que al no haber monjas a quienes molestar, usará a los hermanos como personal de apoyo para las ilustraciones de la homilía. De paso, pidió a la asamblea que eleven oraciones por aquellos niños para que las bendiciones recibidas puedan dar frutos en sus vidas. lo que aquí se dice que hizo el Padre con el Hno José Manuel, en la Eucaristía del Campamento lo hizo con la Hna Paloma, la de Caravaca]

Jesucristo vino a instaurar un reino y vamos a intentar explicarlo en su triple misión, en la cual participamos también nosotros por el  Bautismo.

La primera misión es el sacerdocio.

En el Antiguo Testamento, un hombre era constituido como intermediario entre los hombres y Dios.
En Cristo, ese sacerdocio permite hacer la ofrenda perfecta al Padre y nosotros participamos del Sacerdocio de Cristo a través de la Eucaristía. Somos del sacerdocio común. Es decir, el sacerdocio del pueblo de Dios. Así, entendemos que la Santa Misa, entre otras cosas es una necesidad y no una obligación.

Sin los sacramentos, especialmente la Eucaristía, nuestro sacerdocio esta “Chungo” y pasa porque nos hace falta ser almas eucarísticas.

La segunda Misión es ser Rey.
...Pero el reinado de Cristo es el servicio. En el Bautismo somos ungidos con el Crisma, con el que se ungían desde la antigüedad a todos los reyes. En nosotros se hace para ser nosotros también reyes en el servicio al Amor. Entonces, queda claro que reinar no es imponer, sino ponerse al servicio de los demás.

El tercer Oficio es ser profetas.
Prestar los labios para comunicar la voluntad de Dios y para que nosotros podamos cumplir esa misión debemos abrir primeo los oídos para escuchar la Palabra de Dios y abrir los labios para proclamar esa Palabra de Dios que hemos escuchado y que en primer lugar nos debe transformar a nosotros mismos.

En la Primera Lectura, tocamos el entorno histórico en que vivió el Profeta Ezequiel. En aquellos tiempos, se vivían días terribles porque el pueblo de Israel se había olvidado de Dios y no había docilidad para obedecer a Dios y corresponder así a todo lo que se habían comprometido con Dios, por lo que apartándose de Dios, negándose a recibir sus bendiciones, se convirtieron en carne de cañón para los demás pueblos que los rodeaban y que ansiaban invadirlos y tomarlos por esclavos.
Dios, compadecido, envía al Profeta Ezequiel para que avisara al Pueblo sobre la suerte que les espera si deciden continuar viviendo como si no tuvieran Dios y esto implicaba para el profeta la amarga misión de denunciar los crímenes e infidelidades del Pueblo, por lo que fue rechazado y odiado.
Entendemos entonces que la misión de ser Profeta no es fácil. Algunos de nosotros, que movidos por la fuerza del Amor que hemos experimentando en el encuentro con Dios, hemos querido anunciarle en medio de nuestro ambiente cotidiano, nos hemos desanimado porque la primera respuesta de la gente es el rechazo, la burla y la indiferencia. El mundo será siempre aplastante contra quien intente demostrar que el Amor de Jesucristo es el camino a la verdadera felicidad porque el mundo vive de venderle a las personas falsas soluciones que en nada remedian verdadera el problema de sus vidas. Crean adicciones, inventan necesidades falsas y consiguen esclavizar para obtener tras ello lo que desea el corazón mundano.
Así que, no nos engañemos: el mundo siempre presentará resistencia porque el mundo se opone a lo que Dios quiere. ¿y qué es lo que Dios quiere? : Vida, Paz, reconciliación, unidad, servicio, obras de misericordia ¿y el mundo?: Odio, división, resentimiento, egoísmo y muerte.
Los humildes acogen la denuncia que Dios hace a través de la profecía y rectifican su camino, siendo agradecidos porque Dios les ha enviado a alguien que les ha quitado la venda del engaño de sus ojos y aunque haya que reconocerse culpables por tantos errores, los humildes saben que Dios los levanta y los encamina por la senda de la verdadera vida. En cambio, el que es orgulloso reacciona con soberbia ante la luz del Evangelio y esa reacción tiene muchas caras que pasan desde la violencia, el desprecio, la simulación, la indiferencia, hasta el suicidio espiritual del propio corazón que se cierra conscientemente a la Verdad de Dios.
Para no desanimarnos, debemos comprender que hemos sido convocados a una misión y que por tanto se sostiene en Dios que es de Quien brota el deseo de que “Todos los Hombre se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”. Así, ante la arremetida del espíritu del mundo nos podremos mantenernos incólumes y persistentes.
Es Dios Padre quien da su Espíritu, por lo que debemos mantener la calma y sostenernos en su Amor.

La segunda lectura, tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, nos muestra que por nuestra naturaleza, cabe la posibilidad de que el profeta o enviado de Dios se llene de vanidad y orgullo al saberse tenido en cuenta por Dios para proclamar su palabra y entonces puede llenarse de soberbia respaldarse equívocadamente en la misión que Dios le da.

El mensaje de esta carta es espectacular porque revela que lo propio del Hombre es la fragilidad, la experiencia de la debilidad que todos compartimos, sea cual sea nuestra misión dentro de la Iglesia.

(El Padre en este momento, toma un bastón que usa una Feligrés para caminar y apoyando la punta en el abdomen del hermano José Manuel, hace presión continua para incomodar lo)

San Pablo dice que "tiene un agujón en su carne".  A él también le cuesta realizar las cosas que predica.

(Ahora pone a otro feligrés a sostener el bastón en continua presión sobre el abdomen del Hermano José Manuel. En el Campamento, es Tomás, un niño de 8 años quien pincha a la Hermana Paloma)

San Pablo, entonces, pide a Dios que se lo quite pero Dios se niega porque ante esa experiencia se suscita la conciencia de necesitar continuamente de Dios, por lo que tenemos siempre una vía para volver a Él. Así quedamos asegurados contra la soberbia del corazón y esto, especialmente, nos ocurre a los que llevamos un camino de oración y de retorno al Corazón de Dios padre. Nosotros experimentamos que se acentúa de modo particular la experiencia que san Pablo llama “aguijón de la carne (…) un ángel de satanás que me abofetea continuamente” queda claro entonces nuestra condición de debilidad y debe ser así para qué, entonces, en nuestra debilidad se manifieste la fuerza de Dios.
¿Que nos toca? Lo mejor, es “no dar coses contra el aguijón” como dice el Apóstol, sino, más bien, aceptar nuestra fragilidad seguros que Dios es quien nos sostiene y sabiéndonos débiles, entonces, tenemos la capacidad de comprender a los demás en sus propias debilidades.
Quitémonos entonces la falsa noción de la irreprensibilidad cristiana, pues, la perfección a nuetro modo de entenderla es imposible, ya que Dios mismo cuenta con nuestra debilidad para manifestar su Gracia. Entonces la perfección cristiana antes de ser una vida carente de debilidad y por tanto exigente y drástica, es una vida abundante en misericordia y compasión. En éstos aspectos es que se nos pide ser perfectos.
El “agujón de la carne” hace al profeta humilde porque, si el mensaje es trasmitido con soberbia, no penetra en el corazón del que lo necesita.
Tengamos en cuenta que el esclavo por el pecado, normalmente esta "blindado" por una actitud soberbia y orgullosa que repele justamente a todo lo que tenga una característica similar. Solo la humildad, como un suave bálsamo, es capaz de atravesar esa coraza para penetrar en lo profundo del corazón.

“Llevamos éste Tesoro en vasijas de barro”

El Evangelio:
… Otro aspecto de la profecía es que la eficacia depende enteramente de Dios porque Él da su Espíritu Santificador y el Espíritu Santo es sumamente suave, no emprende nada en nosotros que nosotros mismos no queramos aceptar. Él cuenta con nuestra respuesta de fe, en adelante la Obra es suya y con todo, aquella respuesta, debemos aprenderla de Jesucristo, pues en nosotros no la poseemos como tal. Una vez le damos nuestro si, aquella suavidad se convierte en nosotros en una fuerza impresionante que empuja continuamente a las personas a que busquen la Vida verdera en las fuentes sacramentales de la Iglesia.

¿Qué pasa en la Sinagoga de Nazaret?

El Señor llega a su pueblo…

(Aquí, el Padre Francisco añade un relato anecdótico tras el cual habla de la experiencia de vida el Hermano José Manuel, que dicho sea de paso, lleva toda la homilía de pié sobre una butaca. Cuenta el Padreque  que, estando en Murcia Capital, una señora se acerca a él para preguntarle si pertenecía a la misma congregación en la que había entrado Héctor, un viejo amigo suyo que conocía desde hacía muchos años y con quien había compartido muchos momentos de su vida; sobre todo, le recordaba por su especial animo por la fiesta y la juerga. (Risas en la asamblea y rubor en la cara del Hermano)

Jesús, durante su vida aprendió y desempeñó uno de los oficios más humildes y de más esfuerzo que puedan existir. Se le conocía como “el hijo del carpintero” y de repente, aparece en la sinagoga de Nazaret, que tenía fama de ser aquella en la que predicaban los más sabios de Israel y, Jesús “el hijo del carpintero” les da allí una magistral lección de lo que es seguir a Dios.
Todas las palabras de Jesús les llegaban al corazón y por eso, extrañados se preguntaban
_"¿No es este el hijo de María y no son estos sus hermanas y hermanos?"_

(En éste momento el Padre abre un delta en su predicación para referirse al caso típico por el que los miembros de muchas sectas que se nutren del Cristianismo, piensan que María fue madre de más hijos y que por tanto, no es virgen ni tampoco Inmaculada)

Esto es muy fácil de explicar: el lenguaje hebreo es una lengua muy pobre, y entre tantas situaciones que se presentan, también la del parentesco entre personas descendientes de un abuelo es referida con un mismo vocablo “
‘ach"
Así, todos los hijos, nietos, sobrinos, Tíos y primos que estaban unidos parentalmente al anciano mayor, se denominaban con el vocablo “
‘ach"

…En tono de broma, el Padre dice que cuando algún cristiano adoctrinado por el protestantismo venga a poner ante nosotros en tela de juicio la Virginidad de María Santísima, le digamos:
_ “¡achhhh! (suena como de asco) ¿pero qué dices? María Santísima Es Virgen Inmaculada por siempre!"_ [Risas en la asamblea].

Los nazarenos veían a Jesús como "el carpinterito", el hijo del carpintero, porque lo veían solo  con mirada humana, sin la dimensión de la fe.

(El Padre vuelve al Hermano José Manuel)

Así, cuando vemos a Héctor, si lo vemos con los ojos de la fe, nos lleva a reconocer la obra de Dios en su vida. Del mismo modo, el profeta sabe que, el primeo que tiene que dejar cabida a la Palabra de Dios y por tanto escucharse es él mismo, que es consciente de su debilidad y que sabe cuánta falta le hace que Dios venga en su ayuda. El profeta sabe que también él es un hombre de barro.

Esto mismo lo aplicamos entones a nuestro modo de ver a los sacerdotes de nuestro tiempo. Nosotros también somos hombres de barro pero ante todo tenemos que cumplir una misión y para el caso en que el sacerdote no es en sí mismo testimonio de lo que se anuncia, hay que recordar las palabras de Jesús: “Haced lo que ellos dicen y no lo que ellos hacen” y orar por ellos, ante todo. Orar y ayudar para que la Acción del Amor de Dios toque también sus corazones.

¡QUE EN NUESTRA DEBILIDAD BRILLE LA FUERZA DE DIOS!

¡Animo en el Corazón!
que fue traducido como “hermanos” para nuestra lengua, pues, lo fraterno, reunía un poco más la connotación de unidad que se tiene en las familias hebreas. Ellos, todos, se consideran ante todo como hermanos, hijos de Abraham y el término “hermanos” Se usó entonces para traducir el vocablo “‘ach por el que se denominaba a los parientes de Jesús en el Evangelio.

domingo, 1 de julio de 2012

¡LEVANTATE!

De todas las experiencias de nuestra vida, tenemos algo que nos puede ayudar a vislumbrar su sentido, su razón, causa y paraqué, no obstante, hay una de todas (la que a todos nos toca) que cuando toca a nuestra puerta (y lo hará), nos deja sin respuestas, sin recursos para oponernos, sin salida, sin manera de esquivar.

(El Padre, había hablado un poco antes, sin que yo pudiera tomar apuntes; no obstante, pregunté y como síntesis el Hermano Sebastián concretó lo siguiente):

Luzbel, quien según las Escrituras y según lo expone la Doctrina de la Iglesia, gozaba del más elevado estatus de entre todas las criaturas. Rebozaba de la Esencia misma de Dios, al modo como la Luz reboza en cualquier lugar en donde se la ponga; no obstante, Luzbel se ensoberbeció, vaciándose del Amor de Dios y llenando todo ese vació (de naturaleza angelical) de egoísmo, de todo el egoísmo que jamás una criatura hubiese podido anidar en su corazón y se negó a servir porque se consideró tan cercano a Dios que se pensaba merecedor de honores similares a los que todas las criaturas daban a Dios.

¡No serviré!

Es el constante grito de Satanás y quiere que nosotros, los seres humanos seamos los “transistores” por medio de los cuales, él pueda prolongar ese grito de modo que Dios no halle ni siquiera en nosotros  la Gloria que debemos darle. No servir, impedir que el Amor de Dios se manifieste desde nuestras propias vidas se opone diametralmente a Jesucristo, que es el "Siervo de Yaveh" y en tanto más nos neguemos cerrándonos a nuestro egoísmo, más enemistad albergamos en nuestro corazón hacia Dios y hacia sus obras.

La acción contraria a Dios que Luzbel realizó fue causar la muerte, pujes, la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo.

… A partir de aquí empiezan los apuntes…

Jesucristo venció la muerte, porque El murió y El Espirita que posee, lo retornó a la vida. En Él, todos los seres humanos hemos recibido el poder sobre la muerte.

“Anastasia” Es un término que designa al acontecimiento de la resurrección del Señor. Está ilustrado por la experiencia de los cristianos en muchísima iconografía y pone todo el énfasis en Jesús, que abrioendo las entrañas de la tierra, resucita a la Vida, todo Él con aspecto glorioso, de señorío, de poder.

¿Quiénes están llamados a pasar en Cristo el umbral de la muerte para llegar a la plenitud de la  Vida que Dios nos dio?, Todos los que por la fe en él, entren en su propia muerte al egoísmo y vivan con Cristo para el servicio de la caridad.

Los que saben que durante su viuda han cultivado el amor y la misericordia al final de su vida cosecharán la resurrección a una viuda plena y eterna.

Así nos muestra El señor, lo que ocurrirá cuando el Evangelio nos cuenta sobre la resurrección de la Hija de Jairo, el jefe de la Sinagoga.

Hemos nacido para levantarnos y para que alcancemos la plena realización de nuestra vida. El Señor, no quiere personas derrotistas. Quiere que recordemos que nuestra vida es sembrada en el tiempo pero su fruto es en la eternidad, por eso, todo cuanto nos ocurre, debe ser visto con ojos de fe y de esperanza, ya que, no hay nada que asumido en Cristo, ni siquiera la muerte física, deje de dar su fruto para la eternidad.

Estamos llamados en Jesucristo a recorrer todo el camino de las obras de misericordia manteniéndonos en Gracia. Si no estás en ello, lo tienes muy fácil: “¡levántate! A ti te lo digo! Acude al sacramento de la reconciliación, reconoce tus faltas que Dios de antemano y ya te tiene ofrecido el perdón y solo te pide ese acto e confianza en su misericordia, porque mediante el, te da la certeza del perón y te aumenta la gracia que has perdido. (Es decir, que  antes que culparte y señalarte, te devuelve lo que tiraste y encima te lo aumenta, porque así es su amor) y luego ponte a servir”.

Dios está dispuesto a levantarnos, sea cual sea nuestra situación, sea cual sea nuestro pecado, solo tenemos que confiar en El.

Muchos de nosotros estamos vivos pero en el fondo somos difuntos espirituales, porque hemos apartado el Amor de Dios de nuestra vida y nuestras obras son obras muertas; no obstante Cristo Vence la muerte y te Ofrece su Vida, que no la misma tuya que has perdido en el pecado, sino que además de hacerte vivir, te ofrece su misma Vida, lo cual, quiere decir que te da mucho más de lo que perdiste. Serás en Cristo levantado de tu esclavitud y conducido al Cielo que es a donde y tienen que apuntar las intenciones que mueven tu corazón y la causa primera por la que realizas las  pobras que realizas.

La envidia de Satinas fue vencida y humillada, la Muerte, tanto la espiritual, como la corporal han sido compradas por Cristo y Él Es el Señor de la Vida. Nosotros somos de Cristo, porque hemos sido adquiridos por el precio de su Sangre y al ser suyos, el nos dará todo lo que es suyo. Al demonio lo único que le queda por hacer es tentar.

Constantemente te dice: “No hay que aspirar al cielo, desvíate de ese camino y céntrate en ti mismo, sálvate y no esperas nada de Dios, que lo que te ofrece es que seas un siervo, yo te ofrezco ser señor: No sirvas”.

Entonces, la lucha es no quedarnos en nuestro ombligo.

El servicio ofrece la oportunidad de atender las necesidades de los demás según cada quien tenga de Dios dones para compartir. Por eso el Apóstol dice que tienen abundancia en algo, acudan a ayudar a quienes escasean de ello.

Pero cuidado: hay quien escucha esto y nos abordan con arrogancia: “¿es usted Cristiano?, pues, deme, que necesito cosas” … ¡Cuidado!, no viene tampoco aspirando al Cielo, sino a poseer las cosas que los cristianos reciben por aspirar al Cielo, quien verdaderamente necesita reconoce que lo que en primer lugar le hace falta es Dios, es La Paz de Dios y por eso, está en actitud de recibir a Dios porque en Dios encontrará todo cuanto le hace falta.

La caridad nunca se exige. Es al contrario un don, un dinamismo que se recibe de Dios como fuente y se da, se ofrece.

La sanación de la enfermedad en el Antiguo Testamento representaba la liberación de la esclavitud del pecado.

Es el caso de la Hemorroisa. Atentos, que lo que le ocurría a esta mujer no era nada fácil. Tener una enfermedad de esa naturaleza en el Pueblo de Israel era algo marginalmente denigrante, representaba impureza, una mujer así era lo peor de lo peor. Nadie podía tocarla, y ella misma por el contacto continuo con su sangre era continuamente impura, por lo que le estaba vedado acudir al templo o estar en medio de las personas; y con todo, se atrevió a meterse en la multitud que seguía al Señor y tocarlo.

Ser tocado por una mujer así hacía a la persona que entraba en contacto con ella, también impuro y tenía por tanto que presentarse en el Templo para ser purificado.

Esta mujer, probablemente lleva la delantera en toda experiencia de rechazo que una mujer haya podido sufrir. Nadie podía tocarla, estaba señalada y apartada de todos. Ya había gastado toda su fortuna en médicos y le quedaba la Fe, así que, movida a ello, arranca del Señor una Fuerza…

“¿Quién me ha tocado?”

Jesús se dio cuenta que alguien con fe sacó de Él la fuerza de la Vida, porque Él es el Señor de la Vida... y al pedir que se manifestara el que había hecho eso, exaltó el poder de la fe, no lo hacía para aumentarle la condena que ya sufría al “haberlo hecho impuro”, porque Él es la Pureza misma, sino para levantarla de su muerte y siendo ella el asco de todos, convertirla en el icono de la fe en lo imposible. Así que ella se lo confesó y el Señor le devolvió la Vida.

Jesucristo está rebozando de vida. la Vida verdadera se desborda en Él y fluye hacia nosotros. No tenemos que hacer más que abrir nuestro corazón y que se llene de Esa Vida.

Estando en ello, llega la noticia del fallecimiento de la Hija del Jefe de la Sinagoga; así que El Señor acude a la casa de Jairo.

Aquí tenemos el Icono perfecto de lo que Ocurrirá en nuestra Resurrección.

Niña, a Ti te lo digo: ¡Levántate!

Y hoy nos lo  dice el Señor a nosotros, porque continuamente sucumbimos a las pruebas, a las tentaciones y al pecado, hoy estas palabras son para nosotros, porque en Cristo nos levantamos y recobramos la vida. No la vida biológica,  Sino aquella por la que merece la pena estar vivos. La vida en Dios.

Ten fe, que el Señor te va a devolver la vida.

Tenemos que tener claridad de lo que atesoramos.

Obras de misericordia. ¿Cuándo hacerlas?: ¡Ya! A partir de ahora mismo.

Porque, entonces, estaremos preparados para cuando venga la muerte (la física) que solo n os hará pasar a vivir la que ya está en nosotros obrando, la vida eterna.

Atentos: resucitada la Niña, el Señor pide que se la alimente. Del mismo modo nosotros, una vez por el sacramento de la reconciliación recibimos nuevamente la Vida Eterna, somos alimentados con la Eucaristía de modo que somos fortalecidos para caminar por sobre el poder de la muerte espiritual.

¿Qué nos falta?

Reconciliarnos con Dios… Los espero en el confesionario.

(Para ambientar la Homilía, el Padre figura teatralmente la situación de la Niña de Jairo, así que colocan un ataúd en el centro del templo, con velas y al diablo (Huno José Manuel) al lado, riéndose de su triunfo. Luego viene el Señor y resucita a la Niña (la hermana Martha)