MISERICORDIA, COMPASIÓN Y CARIDAD CRISTIANA



  1. Dios, que es fuente de toda Misericordia. Podríamos decir que la Misericordia es un atributo Divino; para encontrarla tenemos que penetrar lo que es le misterio de Dios en Sí Mismo. ¿Podríamos encontrar la Misericordia en nosotros? o ¿somos mas bien de la ley del talión: ojo por ojo y diente por diente?

  1. cuando predica no lo hace con su autoridad, ¿con que autoridad lo hace? ¿con la suya? ¿con el ejemplo de su vida? ¿por que es perfecto? ¿porque se lo ha propuesto? ¿con qué autoridad lo hace? Con la autoridad que viene de lo alto. Porque en él mismo, esa Palabra se ha hecho eficaz, porque él es un signo viviente de la misericordia de Dios.

  1. Si queremos reconocer en la obra de Dios en esa persona ¿que tenemos que reconocer? Que tal como Dios con su amor ha realizado esa obra lo ha hecho en mi, porque todos aquí, somos fruto de la misericordia de Dios. ¿o hay alguien aquí que se pueda jactar de que ha sido bueno? ¿alguien se ha convertido por sus propias fuerzas?,

  1. Muchos de los que estamos aquí, incluso hemos pasado por procesos de conversión, hemos pasado por la oscuridad y las tinieblas del mundo y Dios nos ha mirado, se ha fijado en nosotros por pura Misericordia. NO tiene otra explicación.

  1. Pues, muchas de éstas hermanas que Ustedes ven, son fruto de la pura misericordia de Dios; porque de lo contrario, no estarían en un iglesia; vamos... _¡Madre mía de mi corazón!.... Los frailes también ¿y el padre? .el peor de todos.

  1. Si somos conscientes de esa realidad, entonces la misericordia de Dios glorifica a Dios en nosotros porque somos frutos de ese amor.

  1. la grandeza de ser depositarios de un don tan grande. y el estar en la eucaristía escuchando y acogiendo la Palabra de Dios, recibiendo la vida de Dios. Todo ha sido una obra suya, todo es fruto del amor y la solicitud que tiene para con cada uno de nosotros y todavía dudamos de Él y desconfiamos de su amor

  1. ¿por qué estamos aquí? 
  2. Por misericordia de Dios. Porque es Él quien suscita todo buen deseo y mueve nuestro corazón a los verdaderos bienes, no a los falsos  que son los que nos esclavizan, a los ídolos de nuestro tiempo. 

  1. La oveja perdida, la dracma perdida y el hijo prodigo. Son, dentro del evangelio de San Lúcas, una de las páginas más extraordinarias. De la parábola del Hijo Prodigo han corrido ríos de tinta. se puede decir que en el contexto en que encontramos ésta parábola,del evangelio, no hay otro más precioso que éste.

  1. Si a nosotros se nos pierde una oveja ¿qué haríamos nosotros?: _allá ella. se lo busco, que después llegue aquí balando y llorando: quién la mandó. Yo me aferraría a las 99 ovejas que tengo, ¿a que si? ¿por qué esto nos confronta? porque nos hace ver cuáles son los sentimientos de Dios frente a los nuestros. Pensamos que le rendimos mas gloria por el hecho de ser más justos y en verdad es por ser débiles y frágiles, lo que somos; porque es precisamente dónde Él tiene puesta su mirada; es lo que despierta en Él amor.

  1. Que no venga nadie a presentarle a Dios todas las cosas buenas que hace porque eso es fruto de su amor. 
  2. Que le venimos a entregar?  nuestro pecado. La condición necesaria para entrar por esa puerta es ser pecador.

  1. Todos somos conscientes que somos débiles y frágiles. Condición necesaria, por eso cuando Él encuentra un corazón capaz de reconocerle su miseria y entregase y dejarse purificar por el fuego de la gracia; eso es para Él una alegría inmensa porque le permite a Dios ser Dios y que se lleve a cabo el cumplimiento de su Voluntad.

  1. El Señor no lleva cuentas del mal. saldó la deuda con su amor, le calzó los pies, los puso seguros, anclados en el amor, en Dios. mató un ternero cebado e hizo un banquete ¿A qué banquete nos referimos? A la eucaristía . ahí es donde nosotros participamos tanto de lo que hemos acogido de la misericordia y donde realmente experimentamos esa dignidad de hijos suyos, los que estamos aquí cimentados en la fe y en el amor, tal como lo manifestó San Pablo en la carta a Timoteo.


  1. No sintamos envidia por el bien de los demás. No sintamos que el corazón se nos va tras el mundo porque Dios tenga misericordia de los suyos, porque tenemos que ser apóstoles de la misericordia; así como hemos sido tratados por Dios hagamos lo mismo, sin miedo, sin vergüenza con confianza e intentar que a través de esa reconciliación tengas vida y la puedas comunicar a los demás. de esa misericordia podemos devolver luego lo mismo.

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